Bien, ahora mismo deberia estar en Morelia, pero como es entrega de examenes, no me pierdo de mucho, le entregarán mi examen a alguien más y como todo en la vida, los demás se entererán de lo importante, el ultimo en enterarse será al que le importa.
Mi lavadora se rie de mi, es una perra, no me deja lavar los trapos apestosos de la noche pasada, bueno, mientras la obsservaba fijamente, escuché que la casa estaba vacia, incluso conmigo dentro y recordé mis nosches en Morelia, por que asi son, mi mente fué de inmediato a una especie de cuento que escribí, para no variar habla sobre compañía nocturna, y ya que lo escribí en la libreta, tendré que transcribirlo aqui, pero irá por partes, aqui está el primer fragmento:
Aquí comienza el lamento de la puta:
Por que me miras así?, tu vida de hecho es eso, no es mas que un lamento lanzado a la oscuridad de un cuarto de 200 la noche, es un lamento para los que llevan tu sangre, para los que te conocen, tu misma te aceptas como un lamento.
Comienzas tu día llenando tu cabeza de más lamentos y quejas, despiertas y saludas a la del espejo, por cada noche, va bajando su tarifa, pues se vuelve usada y vieja. Cada noche es una batalla más, contra un monstruo que te deja delgada, y te envejece aunque, no es mas que un albur, a fin de cuentas, eso es inevitable.
Ahí, donde por estética la mayoría tenemos labios, tienes un par de pedazos de carne sin vida, la piel desprendida hace muecas de dolor, en un arranque desesperado por caer de esa prisión putrefacta. Y donde deberían estar los dientes, descansan unos grandes obeliscos, todos erguidos en memoria de lo que algún día fue un diente que cayó en la batalla contra el tabaco, todo, en conjunto demuestran el estado en que te encuentras.
Rozar tus manos provoca una sensación tan agradable como pasar tu rostro contra una lija, ambas bien podrían ser instrumentos para crear esculturas, pero como toda obra de arte reflejaría el espíritu del artista, y no seria mas que figuras podridas que tendrían que vender baratas, por eso prefieres vender lo que tienes entre pierna y pierna.
Pensar en quien podría desear el producto que ofreces cada noche, aquella vieja ostra oscura que tienes por vagina, me despierta una enorme fascinación, me encajaría estrechar la mano de alguno de tus clientes, le daría dos títulos, el de el mas valiente y el más enfermo. Por que esos tacones?, no me digas que te ah absorbido el cliché? Gracias debo decir, por cuidar tu imagen y disimulas tu piel con un par de medias baratas, que si no fueran por ella, se podrían ver ese par de piernas… Dios, gracias de verdad.
Bueno, este es el primer fragmento, poco a poco subiré el cuento completo, me despido, y gracias a Dario por el aporte a la masturbacion. que olvidé mencionarlo.

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